13 diciembre 2011

Piaggio Vespa quarantasei


En 1946, en una Italia devastada por la Segunda Guerra Mundial Enrico Piaggio le encargó a Corradino D’Ascanio que re-diseñara el MP5 que había salido de las manos de Renzo Spolti y Vittorio Casini en 1944. El nombre oficial de este nuevo prototipo fue MP6 (Moto Piaggio 6), hasta que lo vio el señor D’Ascanio que dijo que le recordaba a una “Vespa” (Avispa en italiano) acababa de nacer un icono del que, 65 años después y 17 millones de unidades vendidas en todo el mundo nos han vuelto a presentar en el Salón EICMA de Milán una nueva versión. Quizá la que más se asemeja a aquel prototipo MP6 y que se llama Vespa Quarantasei.
Esta Vespa Quarantasei ha nacido en el Pontedera Style Centre con la intención de adentrarse en el siglo XXI como lo hizo su antecesora en el siglo XX. De hecho cu nombre no tiene nada que ver con el dorsal de Valentino Rossi, si no con el año en el que se diseñó la primera Vespa. Al igual que aquella primera Vespa la Quarantasei reúne la mecánica más actualizada disponible en su segmento.



Pero aquí no vamos a hablar de grandes potencias ni elevadas prestaciones, si no de tecnología enfocada a hacer más cómodo y práctico el uso de un Scooter. Por ello en Piaggio han remodelado su motor monocilíndrico de cuatro tiempos y 125 cc alimentado por inyección electrónica. Ahora cuenta con una culata de tres válvulas que mejoran el rendimiento del motor y un estudiado sistema de refrigeración líquida. También cuenta con un sistema de catalizador de tres vías con sonda lambda y gestión electrónica del ralentí que le garantiza cumplir con la norma Euro3 y las sucesivas que aparezcan.
Existirán dos motorizaciones, de 125 cc y 150 cc respectivamente que prometen 11,82 CV en la versión pequeña y 13,18 en la versión de 150 cc. Pero en un vehículo en el que lo que prima por encima de todo es la estética y la comodidad creo que las prestaciones pasan a un segundo plano.
Ahora sólo falta que nos digan cuando va a estar disponible esta pequeña joya italiana y su precio para que empecemos a olvidarnos de sus predecesoras que fueron engordando poco a poco hasta recordar lejanamente sus orígenes.













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